Lo primero que ocurre cuando se presentan grandes cambios para nuestra vida, es que se dispara toda nuestra emocionalidad y nos zambullimos en un mundo de confusión y emotividad donde nos encontramos muy vulnerables, porque sale a flote nuestra necesidad de adaptarnos a la nueva situación.

En el momento que vamos aceptando lo que está ocurriendo y reconocemos nuestras  debilidades, también emergerán nuestras fortalezas que nos permitirán equilibrarnos para abordar las situaciones desde una nueva perspectiva que nos permita fluir ante esta nueva realidad.

Es tiempo de pensar ¡Detente!

Gladys Franco Ruiz